jueves, 11 de setiembre de 2008

HISTORIA DE UN TAXI

Creo que últimamente estoy premiada. No solamente los sueños me estaban atormentando, sino las personas de carne y hueso también. Aunque quizás si esté exagerando, pero bueno, allí les va.

Estaba el lunes esperando mi taxi afuera de mi linda casita colonial donde trabajo, en pleno centro de Lima. Normal siempre espero taxi allí porque tenemos un policía que nos embarca y anota la placa del carro, y eso mal que bien, infunde respeto. Pero ese día ooo oooohhhhhhhh, no había policía. El vigilante de todas maneras cruzó conmigo para acompañarme, y cuando vino el primer taxi, lo tomé sin chistar porque estaba apurada.

No sé ustedes, pero yo siempre examino elementos dentro del carro que voy a tomar, para darme cierta tranquilidad al subir. Esta vez no lo hice, porque justo era el cumpleaños de mi papi y quería llegar lo antes posible a su casa.

El taxi fue por rutas conocidas, lo que me hacía sentir tranquila. Pero estábamos por la avenida Colonial, acercándonos al cruce con Universitaria, y el taxi seguía de frente. Para los extranjeros, aquí en Lima, están haciendo arreglos de pistas, y por lo tanto, esa vía estaba cerrada. Sin expresar mi temor, tuve el siguiente diálogo con el chofer:

- Oiga, no se supone que esta vía está cerrada?
- No, ya la han abierto.- dice el chofer.
- No creo, si todavía siguen arreglándola, dije yo.

Y llegamos al cruce, seguimos avanzando, y efectivamente, la vía estaba cerrada, y lo que era peor, el sitio solitario....

Pensé rápidamente mal, y felizmente vi a un trabajador que salía de no se donde para indicar que diéramos la vuelta, pero el chofer al toque me dijo "aaayyy para que dicen que ya está abierta si no funciona", y dimos media vuelta para ir por otra ruta.

Mi corazón latía rápido y sólo pensaba en llegar ya. Fuimos por otra ruta alterna, y cuando se suponía que el tipo este (porque a estas alturas ya se me fue la educación) debía voltear por una avenida por donde todos los micros iban, no volteó..

- Oiga pero puede ir por esta vía- le dije nuevamente yo, calmada, pero con la voz algo molesta.
- No porque por allí está cerrado también- me dijo el tipo este...

Seguimos avanzando, a estas alturas ustedes dirán, por qué no lo encaré. La verdad tengo reacciones muy diversas a las comunes, y aunque no lo crean, quería confiar en que no pasaría nada.

Llegamos nuevamente a una calle CERRADA....Me asusté, pero no lo demostré. ( A veces me sorprendo de mi misma, y me repetí en la cabeza la consigna, si tengo miedo, el otro no debe saberlo)

- Señor de media vuelta y regrese por donde vinimos.- le dije ya algo más molesta.
- No, podemos seguir por aquí .- me dice señalando una vía por donde estaba entrando un auto...

Dejé que avanzara porque vi una policía con una moto, y dije, cualquier cosa grito. Y creo que el chofer ya se estaba palteando porque me llevaba por sitios solitarios y siempre había alguien.

Salimos de la calle cerrada, llegamos a otra avenida por donde iban los omnibus...cuando el tipo este queria ir por otro lado, para "evitar" el atolladero.

- SIGA AL AUTO DE ENFRENTE.- le dije para que no me volviera a desviar del camino.
- Ya si...- me dijo el tipo con media voz...

PAra mi mala suerte el dichoso auto entró a una calle sin salida. PERO felizmente, como ya había tomado valor, le dije por donde ir, y salir hacia la universitaria, de allí me tranquilicé, y estaba a una cuadra de mi casa.

- COBRESE- le dije, casi tirandole el dinero.

Me dio el vuelto y sali tirándole la puerta, renegando por la demora y todo...

Al entrar a la casa de mis papis, lo saludé, saludé a mi mamá y mis tíos...y un frío recorrió mi cuerpo y les conté lo que me había pasado.

- Te quisieron cuadrar sobrina.- me dice mi tío. Felizmente, no te pusiste nerviosa.- terminó de decirme.

Al contarles me tranquilicé, pero recién me di cuenta, que de verdad, algo me pudo haber pasado, y estaba algo nerviosita. Pero una botella de vino, vino a mí, y fui feliz!...hahahaha...

Así que desde ahora, solo tomo taxis en el centro si es que alguien más me acompaña. Leonidas me dice que tengo que tener muuuuuuuucho cuidado, lamentablemente ya no hay lugares seguros....

lunes, 1 de setiembre de 2008

SUEÑOS EXTRAÑOS

Soy campeona para tener sueños raros. Pero el otro día pasó algo que espero yo, mi mente me haya jugado una mala pasada. Estaba durmiendo un tanto inquieta, ya en mi sueño yo tenía algo de temor, iba por caminos extraños, veía algo de plantas, arbustos super tupidos, como un camino cerrado. No sé como me desperté, algo intranquila.
Giré mi cabeza hacia la izquierda, por el lado donde está mi ropero, y vi la silueta de un hombre de espaldas, con el saco tipo la película "Matrix" que veía el ropero. Yo me quedé muda...seguí mirando, me restregué los ojos, y nada. Un miedo terrible me invadió. Pensaba que se había metido, luego dije, "no, es una alucinación", pero no se iba. Volteé y palmotée a Leonidas (quién duerme como roca dicho sea de paso). Se depertó y yo por señas le indicaba el ropero. El se quedó callado, pensando que tenía que escuchar algo. Luego le dije: "Hay alguien allí parado", y el me decía que no veía nada. Volteé y ya la silueta había desaparecido.
De todas maneras me asusté y no pude dormir. Me inquietaba hasta voltearme a dormir para ese lado. Yo quise darme mi propia explicación, y quizás mi mente creó solo esa silueta. El asunto es que cuando yo recuerdo la silueta, vi perfectamente que el hombre movía la cabeza. Eso fue lo que me terminó de asustar...
Leonidas me decía que el se asustó porque me vio con mis ojos super abiertos, y eso que estábamos en plena oscuridad. Trató de calmarme, pero igual yo seguía media movida. En la mañana del sábado, Leonidas se demoraba para salir a trabajar, pues me veía con temor. Yo le dije que se fuera, que no se preocupara. Para mi suerte, mi hermano me iba a venir a acompañar ese día por la mañana. A él le conté lo que pasó, y como él tiene algo de visión extrasensorial, me dijo: "una carajeada y se acabó".
Después no he vuelto a ver la silueta, espero nunca más. Antes no me asustaba saber si habían espíritus pululantes por mi habitación, pues estaba en la casa de mis padres. Pero ahora como somos sólo dos en casa, pues allí si la cosa cambia...